Las bodas que se realizan en Eslovaquia son muy interesantes y sobre todo, muy ricas culturalmente y divertidas. Pues hay una serie de costumbres muy añejas que aun se mantienen en vilo, y resultan de lo más interesante para quienes tengan la posibilidad de observar una de ellas.
En primer lugar es importante destacar que la mayoría de los casamientos se realizan en los pueblos respectivos de la novia. Considerando que si el novio no pertenece al mismo pueblo, se encargue de trasladar su familia al lugar del evento, y al finalizar regresarlos a sus hogares.
De esta manera se da inicio a una serie de rituales muy entretenidos y significativos para los habitantes. Puesto que al llegar al lugar en donde se dará lugar al festejo, los espera un administrador, que con intención de demostrar que se da inicio al festejo, rompe un plato contra el suelo, para que luego el novio lo barra con la ayuda de su novia. Mientras que algunos amigos de él, “ayudan” pateando a distintos lados el utensilio del suelo.
En el transcurso de la fiesta, cuando todos están entretenidos y festejando, mientras comen y beben, y percatando que el novio esté distraído, se acostumbra a “raptar” a la novia. Pues algunos amigos o familiares jóvenes se encargan de secuestrar a la novia y sacarla del lugar por la fuerza, para luego meterla en un coche y llevarla a un lujoso restaurante o bar, donde comenzarán a pedir diferentes tragos, hasta que el novio la encuentra y para retornar con la novia, debe pagar la fianza, la cual es la cuenta de todas las bebidas pedidas.
Finalmente, otra de las entretenidas costumbres consiste en la presencia de una gitana. Pues alguno de los amigos debe encargarse de disfrazarse de mujer gitana, la cual llegará embarazada a la celebración del evento, con intención de pegarle al novio y reclamar porqué se casa dejándola embarazada. Ésta, resulta la tradición más entretenida y chistosa de la celebración.
Vía: Eslovaquia.sk
Imagen: Koiora