El Museo Danubiana es el principal museo de arte construido en Eslovaquia. Se sitúa a solo 15 kilómetros hacia el sur del centro de Bratislava, sobre una península artificial en el centro del
Barranco principal del río Danubio. El museo, fue inaugurado en el año 2000 y está establecido como el más joven de toda Europa.
Se trata de un museo de arte moderno, cuya particularidad es combinar el encuentro de tres países, Eslovaquia, Austria y Hungría; pero como atractivo principal se encuentra el impresionante contraste del agua acumulada por la represa de Gabčikovo. Pues es un sitio meramente recomendado por la belleza que otorga el cielo, las orillas del río y en el centro la magnífica arquitectura del museo. El cual, se encuentra construido en forma de galera romana sobre la península constituyendo un escenario inolvidable y digno de visitar dedicado al arte moderno.
Dentro de las grandes salas que allí se encuentran, hay dos destacados pisos en los que se encuentran las obras de artistas de importancia y reconocimiento mundial. Asimismo, el 8 mil metros cuadrados que rodean al Museo, se encuentran distribuidas por allí exposiciones de increíbles esculturas.
De esta manera, el Museo recibe su nombre por el río Danubio, sin embargo, el resto del museo es el resultado del trabajo del director de la galería de arte, Dr. Vincent Polakovič, junto con el apoyo económico de un gran coleccionista holandés llamado Gerard H. Meulensteen; ambos, ofrecen la fascinante historia de la construcción del Museo.
La historia del museo
El Dr. Polakovič, director del museo, es abogado, un amante del arte pero sobretodo un admirador de Van Gogh y del impresionismo. Después de la caída de la cortina de hierro, pudo ir por primera vez a Holanda a ver el museo y la tumba de Van Gogh. Frente a la tumba le prometió a Van Gogh que él construiría una galería de arte moderno dedicada al impresionismo en su ciudad natal, Poprad.
En Poprad compró una casa que pintó de amarillo y pasó aquí su galería. Después de un par de años de trabajo y muchos problemas, estaba agobiado por las deudas y su galería no tenía el éxito esperado. Él se encontraba al borde de la quiebra, había vendido su casa para comprar la galería, la cual aún tenía hipotecada. Tomó el último dinero que tenía y con un amigo lo envió a la ciudad de Trnava para que lo dejara como limosna a la virgen de la ciudad y pidiera ayuda para salvar su proyecto (su abuela le había dicho que esta virgen era milagrosa). Al día siguiente encontró un dinero que tenía olvidado en su casa, se prestó un coche de un gitano y se fue a Holanda a contar Van Gogh del fracaso de su proyecto.
En Holanda fue al cementerio y frente a la tumba contó la historia a Van Gogh. Cuando salía del cementerio una persona le preguntó que tanto hablaba con Van Gogh y él le contó su historia. Esta persona escribió en el periódico que tenía el nombre y la dirección de otra persona y le dijo que fuera a hablar con él.
De esta manera el Dr. Polakovič conoció al sr. Gerard H. Meulensteen. En la oficina de éste encontró unos cuadros de unos artistas eslovacos que el Dr. Polakovič había vendido en Bruselas durante una presentación del arte eslovaco. El Sr. Meulensteen le dio el dinero para salvar su galería.
Las ambiciones del Dr. Polakovič eran mayores así que cuando se hizo la represa de Gabčikovo sobre el río Danubio cerca de Bratislava, fue a hablar con la empresa estatal que sería la dueña del complejo y acordó con ellos en que podría construir una galería de arte en este lugar. La galería fue financiada casi totalmente por el Sr. Gerard H. Meulensteen, ya que el estado eslovaco ha contribuido muy poco en este proyecto.
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