Si anteriormente hablamos del Castillo de la Piedra Roja, ahora no podemos dejar de lado el también famoso Castillo de la Piedra Blanca, otro de los recintos o construcciones antiguas más espectaculares que podemos llegar a encontrar en Eslovaquia, y que se halla directamente enclavado en la zona de los Pequeños Cárpatos.
Este castillo, íntimamente relacionado con la historia del país, se ha convertido en la actualidad en un conjunto de ruinas, que aunque por lógica ha perdido las funciones que le fueron asignadas, y que ya no son necesarias, se transformó con el paso del tiempo en un elemento de interés total para los turistas que llegan a la zona.
Incluso, una de las ventajas de este Castillo de la Piedra Blanca, es que el mismo se encuentra a apenas diez kilómetros de la ciudad capital, Bratislava, y podemos llegar al mismo siguiendo las marcas amarillas, que comienzan en el centro de esta última localidad, apareciendo cada pocos metros, y guiándonos directamente hacia nuestro destino.
Además, existe al respecto de esta antigua construcción, una leyenda, la cual indica que un día, una mujer se encontraba recogiendo yerba en la zona, y perdió a su hijo. Lo encontró en una cueva con joyas, y al tomarlas, la puerta se cerró con su pequeño dentro. Al año siguiente, regresó y pudo sacar a su hijo, quien salió con joyas en mano, pero producto de la inocencia y no de la avaricia, por lo que la puerta no se cerró.