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Llegado el momento de las vacaciones de invierno, una gran cantidad de personas se decantan por la posibilidad de disfrutar de algunas semanas de esquí en algún país alejado. Normalmente, sitios como Suiza se plantean como las opciones más comunes, pero Eslovaquia tiene también una serie de atractivos que bien pueden justificar el recorrido por este sitio.

Sin ir más lejos, este país cuenta con la ventaja de que más allá de disfrutar de los espacios que nos permiten desarrollar este deporte de invierno, nos encontramos casi siempre cerca de centros turísticos que, sin abandonar el rastro de la nieve, nos permiten conocer una gran cantidad de castillos y pueblos construidos casi únicamente en madera, dignos de apreciar por su belleza innata.

Además, al pertenecer Eslovaquia a la zona Euro uno comienza sus vacaciones ahorrándose ya una serie de inconvenientes que son propios de otras naciones que no forman parte del sistema. Una de las claves a la hora de planear nuestro viaje hacia esta región tiene que ver con tomarnos alrededor de dos semanas para poder descubrir todos sus encantos, entre los que se incluyen, desde luego, los Altos y Bajos Tatras.

Sin ir más lejos, la pista más grande de esquí en Eslovaquia se encuentra en los Bajos Tatras, y es conocida bajo el nombre de “Jasná Chopok”, llegando allí miles de turistas en cualquier época del año, pero sobre todo en invierno, para disfrutar de sus circuitos.

Vía: Snow Forecast
Imagen: Apart Many Tale

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